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“Para mí, el escribir era vivirse, conocerse, ser arqueólogo de uno mismo. Escarbar y, si
se escarba, hay de todo dentro de nosotros: el criminal y el santo, el héroe y el
cobarde”.

-José Luis Sampedro-

VOLVER A EMPEZAR.

Sí, sí vuelve.


Futsal 360 está de vuelta. Una vez más volvemos con ganas de escribir y de acercaros
el fútbol sala a través del papel. Atrás dejamos un largo período de confinamiento y su
extra time sin poder publicar condicionados por los efectos de la pandemia.
Competiciones suspendidas en todas las categorías, entrenamientos con mascarilla,
guantes, tests, distancia de seguridad, limpieza extrema de cada balón -como si tocarlo
fuera un pecado-, todo eso era el día a día. Ligas profesionales a puerta cerrada y los
pabellones vacíos. La tristeza inundaba todo, al fútbol sala también.


«Hay que luchar contra la tristeza para que no te arrastre» se lee en La Historia
Interminable _ Muchas veces pienso si ese título es el más apropiado para definir
nuestro deporte_. En esta novela clásica fantástica de M. Ende, la vieja Morla, el ser
más sabio de Fantasía, estaba en los pantanos de la tristeza, que eran el último destino
o la última gran esperanza. Adentrarse en ellos entrañaba un gran peligro, porque si la
tristeza conseguía apoderarse de ti, te hundías poco a poco en las aguas cenagosas.
Me ha resultado familiar en los momentos de pandemia. La nada, los pantanos, Morla
y Fújur, Atreyu y Bastian, muchos aprendimos con ellos que para crecer hay que soñar
porque si dejas hacerlo el Reino de Fantasía dejará de existir. ¡Ojalá Atreyu jugase al
fútbol sala y nosotros fuéramos Bastian con un libro en la mano para transmitir esa
ilusión!


A veces pienso si el fútbol sala vive en un singular y extraño mundo de fantasía. Las
instituciones viven su particular guerra de guerrillas. Los clubes tratan de sobrevivir
cada uno como puede intentando llegar vivos al final de temporada. La Selección no
enamora. El último europeo nos deja con el paso cambiado. Inter y ElPozo están muy
lejos de su hegemonía habitual. Ya no somos los mejores. Hace tiempo que no lo
somos. El público no va tanto a los pabellones y mis mejores amigos no ven el fútbol
sala por la tele, es más, realmente no saben ni cuándo ni dónde emiten el futbito.
Tengo la extraña sensación de que estamos con la flechita para abajo. Aun no hemos
pasado de nivel, queramos o no, seguimos viviendo los efectos colaterales de la
pandemia. No sé si algunos quieren verlo de otro modo o eso quieren hacernos creer.
Íbamos a salir todos siendo mejores, decían. ¿El fútbol sala también?

¿No estáis cansados de las etiquetas? Si no estás conmigo estás contra mí. ¿E tí de
quén ves sendo? Somos esclavos de nuestro pasado, los anteriores dirigentes de este
deporte dejaron una herencia difícil de cambiar, mitos y creencias muy arraigadas que
hoy queremos hacer nuestras en lugar de romper con todas ellas y crear otras. Dicen
que cuando dos elefantes luchan es la hierba que pisan quien más sufre.
La pregunta es ¿queremos cambiarlo? Busquemos más promoción al fútbol base,
mejores pistas y pabellones en nuestros pueblos, barrios y canchas de los colegios.
Demos de verdad valor y energía al deporte femenino. El fútbol sala afronta una
realidad incierta. Quizá vivamos una constante huída hacia adelante. La eterna
comparación con el fútbol nunca ayuda. Volviendo a acordarme de Morla, ahora los
Vetusta, percibo un infinito sálvese quién pueda.


En estas páginas conoceremos algo más de Rubiales y Lozano. Dos apellidos con
pedigrí que serían un cartel de lujo en cualquier velada de boxeo. Pero es Sergio, y no
Javier, el renacido -otra vez- uno de los jugadores más importantes de su generación
que tiene más vidas que un gato. Tenía que estar él en nuestro número nueve.
También hay historias del mundial de Lituania con Pulido. Antonio Pérez, una promesa
que ya no lo es tanto. El profe Labrado. La opinión de Candelas Jr. Un sueño posible en
el fútbol sala femenino: la Uefa Futsal. Viajamos desde Galicia hasta Barcelona: un
recorrido por toda la geografía española conociendo un fútbol sala diferente. Y Santos,
el jugador de fútbol que decidió quedarse en el 20×40.


Nosotros queremos fútbol sala y que sea de todos. Contar historias, seguir sumando.
Sí, sí vuelve. Volvemos como Dani no como El Canto, dejando atrás la banda. Teníamos
muchas ganas de volver a empezar. Por el fútbol sala.

Puede ser que haga de la rabia mi flor
Y con ella mi bandera
Sálvese quien pueda
Sálvese quien pueda
Hay tanto idiota ahí fuera

Director Futsal 360

Andrés Parada