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La soledad no es algo que me molesta,  porque siempre tuve este terrible deseo de estar solo. Siento la soledad cuando estoy en una fiesta, o en un estadio lleno de gente vitoreando algo. Citaré a Ibsen: ‘Los hombres más fuertes son los más solitarios’.

Charles Bukowski

Expresión latina que significa ‘ave poco conocida y rara’, que se aplica a una persona o cosa que se considera poco común por tener alguna característica que las diferencia de las demás de su misma especie. En este caso, la comparación es clara: hablamos de porteros, verdaderos rara avis en el fútbol sala. Ese jugador diferente al resto dentro del 40 x 20, especial dentro de la pista de juego, único y determinante en el quinteto titular de su equipo. Muchos dicen que hay que estar algo loco para ser portero.

Incomprendidos, a veces marginados, diferentes, impulsivos, imaginativos, curiosos, independientes, creativos, salvadores  son  algunos de los adjetivos que me vienen a la mente, si pensamos en el portero de fútbol sala. Celebra sólo los goles, se le considera héroe y villano en el mismo partido, en la misma jugada, en un mismo instante y diríamos casi que ese es su modus vivendi desde el preciso momento en que deciden serlo. Vivir como un funambulista intentando mantener el equilibrio entre el éxito y el fracaso constantemente. Eso es ser portero.

La hemeroteca dice que la figura del portero nace de la inspiración en los movimientos del portero de waterpolo,  y que en el origen histórico del fútbol de salón se estudiaron sus movimientos en el agua para su posterior adaptación al 40 x 20. Sin embargo, todos coincidiremos en que nuestra principal referencia son los del balonmano, por las dimensiones  del terreno de juego y las porterías (que son idénticas),  sus movimientos específicos e intervenciones a la hora de atacar el balón,  e incluso una condición física más similar. Cuando vas a ver un partido como aficionado, raro es que tu mirada se fije en primer lugar en un portero, sino más bien en ese jugador diferente por el que crees que has pagado la entrada esperando el gol del partido o un regate para recordar. Cuando eres entrenador, por contra, lo primero que piensas es que tu portero tenga una buena actuación, porque muchas de las opciones de ganar ese partido dependerán de ello. Cuestión de prioridades.

En la entrada al Hades un perro de tres cabezas guarda la portería del inframundo, el Can Cerbero. Así mismo, el cancerbero, tomando el nombre de aquella fiera,  guarda con arrojo la entrada de su portería para que no entren los goles del contrario. También recibe los nombres de guardaespaldas, guardameta, golero, arquero, muro o pared, pero ninguno tan expresivo como el del mito.

España es un país de porteros de futsal. Para mí, pensar en porteros es recordar a Cancho y Cazorla, Guillermo, Jesús y la final en Guatemala 2000, Leandro, Toni Lodeiro, Sergio, Rafa, Luis Amado, Cristian, Molina, Fabio, Barrón, Sedano, Herrero, Juanjo, Mendiola … España es tierra de porteros de leyenda.

En cierto modo, el controvertido cambio de normas les hizo de menos. Salvo el brasileño Leo Higuita y alguna que otra excepción, cuando un partido se complica y se da esa situación especial en la que hay que cambiar la dinámica, es normalmente un especialista el que entra en escena y no el portero, que pierde su protagonismo. No es ‘portero-jugador’, en realidad es casi siempre ‘juego de 5’. Hoy en día puedes jugar sin portero, aunque sea algo atrevido hasta escribirlo.

El portero podría ser el actor de reparto de cualquier película, aunque rara es la vez que no termina siendo el protagonista en el partido. Cuando un grupo de niños y niñas juegan al fútbol, suele ponerse bajo los tres palos al que peor juega, ya que todos quieren meter goles, no pararlos. Tiene que pasar el tiempo para que uno se vaya dando cuenta de la importancia capital del portero en el juego y de que el resto del equipo está incompleto sin él.

Ellos eligieron volar, ir hacia el balón y nunca esquivarlo, vendarse las manos, recibir golpes y pelotazos. Ellos eligieron celebrar solos. Cuando eres portero, peleas con el mejor amigo de todos, el balón, y la mayoría de las veces te sientes solo.

Pero yo qué voy a saber de la soledad, si no soy portero. Este número va dedicado con especial cariño a todos los porteros, con los que he tenido la suerte de compartir momentos y que han inspirado este número.

Director Futsal 360

Andrés Parada